miércoles, 6 de octubre de 2010

El Tango de la Muerte. -2º parte-

Ostuni cae en dos errores, no se trata del primer film de Ferreyra sino del quinto, y Novión no tuvo ninguna relación con la obra de Mackintosh. En realidad, la obra de Novión tiene música y letra propia. Este tango mortuorio, recién se dio a conocer en 1922, en ocasión del sainete homónimo que también le pertenece.

En el exquisito libro “Historia del Sainete Nacional”, de Blas Raúl Gallo (Editorial Quetzal, 1958), el escritor nos relata la obra teatral de Alberto Novión, autor nacido en Bayona, Francia y radicado desde muy joven en Montevideo, Uruguay.

Refriéndose a él, afirma: «Cultivó todos los géneros, inclusive la revista, y alternó la acción escénica entre las clases pobres y el hampa, la ciudad y el campo, los menesterosos y la clase media, a la cual perteneció por muchos aspectos de su cultura y conformación espiritual».

Destaca además, que fue autor de muchas obras, algunas de muy buena calidad y otras, decididamente mediocres. Entre estas última sitúa el “El tango de la muerte”, a la que califica de sub-sainete, y a la que únicamente se la recuerda por un hecho tangencial: allí cantó la actriz Eva Franco el tango “Loca” de Manuel Jovés y versos de Antonio Viergol. El sainete se estrenó el 5 de agosto de 1922, por la compañía Arata-Simari-Franco y, en la partitura del tango están las caras de los tres actores ilustrando la tapa.

Muy distinta es la imagen de la de Mackintosh, que pertenece a la época de las bellas partituras de cartón que se editaron hasta 1920, aproximadamente. En ella, se aprecia el dibujo de una pareja elegantemente vestida, donde el hombre está a punto de clavar un puñal en el pecho de la dama.

La confusión mencionada también la encontramos en las referencias discográficas del excelente libro “Gardel. La biografía”, de Julián y Osvaldo Barsky (Editorial Taurus, 1ª edición, diciembre 2004).

Y, además, en la muy completa colección “Todo Gardel”, de 50 discos editados por Altaya en el 2001, en cuya guía del oyente (fascículo 43, página 32), dice: «La música de “El tango de la muerte” se debe al compositor Horacio Mackintons, de quien la única referencia que hemos hallado es que figura su nombre en la grabación que de esta página, realizó la orquesta de Roberto Firpo y que es puramente instrumental».

En ambos, la música de “El tango de la muerte” grabado por Carlos Gardel, se adjudica erróneamente a Horacio Mackintosh (con el apellido mal escrito), sumando Altaya una equivocación más cuando menciona el registro de Firpo.


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